lunes, 10 de octubre de 2011

Los detectives salvajes.

El siguiente es un resumen de lo que aparece en http://es.wikipedia.org/wiki/Los_detectives_salvajes


Lo que hay que tomar en cuenta para el examen es:
- Estructura de la novela.
- Ruptura de planos narrativos.
- Realidad y fantasía en los personajes.


Los personajes principales de la novela son:


Personaje
Descripción
Arturo Belano
Poeta chileno perteneciente al realismo visceral. Principal protagonista de la narración junto con Ulises Lima.[9]
Ulises Lima
Poeta mexicano perteneciente al realismo visceral.
Juan García Madero
Poeta mexicano perteneciente al realismo visceral. Su diario constituye las partes de la novela Mexicanos perdidos en México (1975) y Los desiertos de Sonora (1976).[9]
Cesárea Tijanero
Poetisa mexicana desaparecida. Su búsqueda representa uno de los ejes centrales del relato.[10]
Joaquín Font
Arquitecto, padre de las real visceralistas María y Angélica. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 3 (octubre de 1976), 5 (enero de 1977), 6 (marzo de 1977), 9 (marzo de 1979), 11 (abril de 1980), 16 (marzo de 1983), 17 (septiembre de 1985) y 18 (agosto de 1987).
Prostituta, amiga de María Font.
Alberto
Proxeneta de Lupe.
Amadeo Salvatierra
Poeta mexicano, amigo de Cesárea Tijanero que ayuda a Arturo Belano y a Ulises Lima a localizarla. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios en enero de 1976, incluidos en los capítulos 1, 2, 3, 5, 6, 8, 9, 16, 17, 19, 21 y 26.
Laura Jáuregui
Antigua novia de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 1 (enero de 1976), 5 (mayo de 1976) y 6 (marzo de 1977).
Fabio Ernesto Logiacomo
Escritor argentino. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 1 (marzo de 1976).
Luis Sebastián Rosado
Escritor mexicano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 1 (abril de 1976), 2 (julio de 1976), 9 (marzo de 1979, marzo de 1983) y 16 (febrero de 1984).
Alberto Moore
Amigo de Luis Sebastián Rosado. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 1 (abril de 1976).
Escritor mexicano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 1 (mayo de 1976).
Perla Avilés
Amiga de la infancia de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 1 (enero de 1976) y 2 (mayo de 1976).
Piel Divina
Poeta perteneciente al realismo visceral. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 2 (mayo de 1976).
Angélica Font
Poetisa perteneciente al realismo visceral, hija de Joaquín Font, ganadora del Premio de Poesía Laura Damián. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 2 (julio de 1976) y 9 (abril de 1979).
Escritor estridentista. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 3 (agosto de 1976).
Bárbara Patterson
Novia estadounidense del poeta real visceralista Rafael Barrios. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 3 (septiembre de 1976), 13 (marzo de 1981) y 15 (octubre de 1982).
Jacinto Requena
Poeta perteneciente al realismo visceral. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 3 (noviembre de 1976), 9 (marzo de 1979) y 17 (septiembre de 1985).
María Font
Poetisa perteneciente al realismo visceral, hija de Joaquín Font. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 3 (diciembre de 1976) y 12 (febrero de 1981).
Auxilio Lacouture
Se presenta como la madre de la poesía mexicana.[14] En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, que abarca todo el capítulo 4 (diciembre de 1976).
Joaquín Vázquez Amaral
Académico traductor de los Cantares de Ezra Pound. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 5 (febrero de 1977).
Lisandro Morales
Editor que publica una antología de jóvenes poetas latinoamericanos preparada por Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 5 (marzo de 1977) y 11 (enero de 1980).
Rafael Barrios
Poeta perteneciente al realismo visceral. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 6 (mayo de 1977), 13 (marzo de 1981) y 11 (septiembre de 1982).
Felipe Müller
Poeta chileno perteneciente al realismo visceral. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 6 (mayo de 1977), 8 (enero de 1978), 19 (octubre de 1991) y 23 (septiembre de 1995).
Simone Darrieux
Amiga francesa masoquista de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en el capítulo 7 (julio de 1977 y dos en septiembre de 1977).
Hipólito Garcés
Poeta peruano residente en París, amigo de Ulises Lima. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 7 (agosto de 1977).
Roberto Rosas
Poeta peruano residente en París, amigo de Ulises Lima. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 7 (septiembre de 1977).
Sofía Pellegrini
Amiga de Roberto Rosas. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 7 (septiembre de 1977).
Poeta francés residente en París. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 7 (enero de 1978).
Mary Watson
Estudiante inglesa que en el relato mantiene una relación con Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 8 (mayo de 1978).
Alain Lebert
Pescador francés. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 8 (diciembre de 1978).
Norman Bolzman
Estudiante de filosofía judío mexicano.[16] En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 10 (octubre de 1979).
Heimito Künst
Neonazi austriaco poco inteligente.[17] En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 12 (mayo de 1980).
José «Zopilote» Colina
Escritor residente en México D. F.. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 13 (marzo de 1981).
Poetisa bisnieta de León Trotsky. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 13 (abril de 1981).
Alfonso Pérez Camarga
Pintor, compra marihuana y hongos alucinógenos a Ulises Lima y Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 13 (junio de 1981).
Hugo Montero
Poeta mexicano, organiza un viaje con varios poetas para ir a Nicaragua. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, que abarca todo el capítulo 14 (mayo de 1982).
Xóchitl García
Poetisa perteneciente al realismo visceral. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza varios testimonios, incluidos en los capítulos 15 (julio de 1982), 16 (enero de 1984) y 17 (enero de 1986).
Andrés Ramírez
Emigrante chileno residente en Barcelona. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 18 (diciembre de 1988).
Abel Romero[nota 6]
Ex-policía chileno residente en España. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 18 (septiembre de 1989).
Edith Oster
Antigua pareja de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 19 (mayo de 1990).
Xosé Lendoiro
Abogado, poeta y editor de una revista de poesía. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 20 (octubre de 1992).
Daniel Grossman
Amigo de Norman Bolzman. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 21 (febrero de 1993).
Susana Puig
Enfermera y antigua amante de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 22 (junio de 1994).
Guillem Piña
Pintor, amigo de Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 22 (junio de 1994).
Jaume Planells
Amigo del crítico literario Iñaki Echevarne. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 22 (junio de 1994).
Iñaki Echavarne
Crítico literario. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Aurelio Baca
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Pere Ordóñez
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Pelayo Barrendoáin
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Julio Martínez Morales
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Pablo del Valle
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Marco Antonio Palacios
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Hernando García León
Escritor. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 23 (julio de 1994).
Clara Cabeza
Secretaria de Octavio Paz.[19] En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 24 (octubre de 1995).
María Teresa Solsona Ribot
Culturista que alquila una habitación a Arturo Belano. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 24 (diciembre de 1995).
Jacobo Urenda
Reportero de guerra residente en Francia. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 25 (junio de 1996).
Ernesto García Grajales
Estudioso de los real visceralistas. En la segunda parte de la novela, Los detectives salvajes (1976-1996), realiza un testimonio, incluido en el capítulo 26 (diciembre de 1996).





La novela está dividida en tres partes: Mexicanos perdidos en México (1975), Los detectives salvajes (1976-1996) y Los desiertos de Sonora (1976).


Mexicanos perdidos en México (1975)


Esta parte consiste en el diario que escribe el estudiante de derecho y poeta Juan García Madero, huérfano de 17 años que vive con sus tíos, entre el 2 de noviembre y el 31 de diciembre de 1975.[20] Se narra cómo conoce a los poetas de un movimiento literario llamado realismo visceral, homenaje a otro movimiento literario del mismo nombre surgido en la década de 1920 y liderado por la poetisa Cesárea Tinajero, cuyo paradero se desconoce.[2] [21] García Madero termina formando parte de ese grupo de poetas, liderados por Ulises Lima y Arturo Belano, y paulatinamente abandona los estudios, se aleja de su familia y se inicia en el sexo, además de empezar a escribir poemas.[22] Gran parte de la acción transcurre en la calle Colima de la Colonia Condesa, en la casa de Joaquín (Quim) Font, un arquitecto padre de Angélica y María, dos jóvenes que pertenecen a los real visceralistas. Con esta última pierde García Madero su virginidad.


De forma paralela, García Madero establece relación con Rosario, una mesera del café que frecuentan los real visceralistas. Rosario, quien confía en las habilidades poéticas de García Madero, lo seduce e invita a vivir con ella; durante un periodo de distanciamiento con María, él acepta, amargando aún más la relación con sus tíos. Pero unas semanas después vuelve a casa de los Font, donde se encuentra refugiada Lupe, una prostituta que ha abandonado a su proxeneta de nombre Alberto. Una noche, casi por equivocación, García Madero se acuesta con Lupe.[23] En nochevieja de 1975, ante el acoso de Alberto y unos pistoleros que están vigilando la casa, García Madero, Lupe, Ulises Lima y Arturo Belano emprenden la huida utilizando un Chevrolet Impala propiedad de Joaquín Font.


Los detectives salvajes (1976-1996)


En esta parte de la novela se recogen los testimonios en primera persona entre los años 1976 y 1996 de distintos personajes que tuvieron relación con Arturo Belano y Ulises Lima,[24] repartidos en 26 capítulos.[25]


Los testimonios de Amadeo Salvatierra aparecen a lo largo de toda la novela. Gracias a Amadeo, Arturo Belano y Ulises Lima entran en contacto por primera vez con un poema de Cesárea Tinajero. Dicho poema consiste en una sucesión de tres dibujos.[11] Amadeo informa a los dos poetas de la intención, varios años atrás, de Cesárea Tinajero de trasladarse a Sonora, única pista con la que cuentan para localizar su paradero.[26]


Parte del pasado de Arturo Belano es narrado en los testimonios de Laura Jauregui, Perla Avilés y Auxilio Lacoutre. Laura, antigua novia de Belano, cuenta como se conocieron, como empezó a cansarse de Arturo y de los real visceralistas, y al final como rompen la relación.[17] Perla describe a Belano cuando estudiaban juntos en la preparatoria y Auxilio recuerda cuando se produjo el Golpe de Estado en Chile de 1973. El poeta chileno se desplazó a su país cuando sucedió y Auxilio comenta que regresó muy cambiado.


Otros monólogos describen aspectos de los real visceralistas durante esos años.


Arturo Belano y Ulises Lima al regresar de su búsqueda de Cesárea Tijanero deciden irse a Europa. Esta intención viene recogida en el primer testimonio de María Font, que cuenta primero como han ingresado a su padre en un manicomio y después relata como se encontró con Ulises Lima y Arturo Belano en el Café Quito. Allí le cuentan a María su intención de irse lejos; Ulises a París y Arturo a España.


La estancia de Lima en París es descrita en varios testimonios. Simone Darrieux cuenta como conoció a Arturo Belano en México, y como al año de conocerse se acostaron.


El viaje de Ulises Lima a Israel es narrado por varios personajes


La estancia de Arturo Belano en España viene recogida en varios testimonios. Otros testimonios describen los destinos del resto de los miembros del realismo visceral durante la ausencia de Belano y Lima y después del regreso de Ulises Lima.


Jacobo Urenda, fotógrafo argentino residente en París, relata el periplo de Belano en África. Conoce a Arturo Belano en Luanda por cuestiones laborales, ya que Belano es corresponsal para un periódico madrileño.


Finalmente, Ernesto García Grajales se presenta como el único estudioso de los real visceralistas, comentando que ha sido de cada uno de ellos: Piel Divina, Ernesto San Epifanio, Pancho Rodríguez y Emma Méndez, muertos; María Font escribe pero no publica; Angélica Font ha publicado un libro de poesía; Xóchitl García trabaja para revistas, pero ya no escribe poesía; Jacinto Requena es crítico de cine; Moctezuma Rodríguez se dedica a la política; Felipe Müller vive en Barcelona, casado y con un hijo; Rafael Barrios se encuentra desaparecido; Ulises Lima continua viviendo en México D.F.; de Arturo Belano no sabe nada. Cuando le preguntan por Juan García Madero, afirma desconocer quien es.[30] Ernesto tiene pensado publicar un libro sobre los real visceralistas.


Los desiertos de Sonora (1976)


Esta tercera parte continúa la narración de García Madero donde había quedado al final de la primera, y recoge las entradas de su diario del 1 de enero al 15 de febrero de 1976. Junto con Lupe, Ulises Lima y Arturo Belano huye hacia el noroeste mexicano en el Chevrolet Impala de Quim Font. Para amenizar el viaje y liberar la tensión por saberse perseguidos por Alberto, García Madero pone a prueba los conocimientos de poética y filología de sus compañeros de viaje con preguntas como qué es un síncopa, una epanalepsis o un zéjel.[42]


Amenizados por este y demás juegos de vocabulario y adivinanzas, y después de una breve parada a las afueras de Culiacán (Sinaloa), siguen rumbo a Sonora, donde van tras las huellas de la realista visceral original Cesárea Tinajero. Aunque el éxito es moderado cuando más, cruzan el estado de punta a punta, pasando por Hermosillo, Bahía de Kino, Caborca, Pitiquito, Nacozari, Sonoyta etc. buscando más pistas. Finalmente, descubren que Tinajero fue la amante de un torero muerto en 1930 y luego trabajó como maestra en el pueblo de Santa Teresa. Para entonces, García Madero y Lupe han retomado su amorío, primero de forma velada, luego de forma cada vez más abierta. No obstante, se enteran de que Alberto los sigue muy de cerca al telefonear a Joaquín Font, además de que se lo encuentran en la calle un par de veces. Una vez, incluso llega a haber disparos, pero los jóvenes logran escapar.


La nueva investigación de Lima y Belano finalmente rinde frutos cuando localizan a Cesárea Tinajero en un pueblo llamado Villaviciosa.[30] Tratan enredadamente de hacerle saber el motivo de su visita, pero son interceptados en una carretera abandonada por Alberto y su compinche. Les hacen saber que sólo quieren a Lupe de vuelta sin hacerle daño a nadie, pero Arturo Belano acuchilla a Alberto, y Cesárea Tinajero muere al recibir un disparo por tratar de defender a Ulises Lima; el amigo de Alberto, también herido de un disparo, no tarda en morir.


Por seguridad, los jóvenes deciden no continuar juntos. Lupe y García Madero se quedan con el coche de Joaquín Font, Lima y Belano con el Camaro de Alberto; además, quedan a cargo de los cadáveres. Aunque acuerdan reencontrarse en la capital mexicana, García Madero y Lupe permanecen en Sonora, a pesar de la falta de oportunidades.


 Epígrafe


Los detectives salvajes tiene una cita, antes del inicio de la novela:


-¿Quiere usted la salvación de México?


¿Quiere que Cristo sea nuestro rey?


-No


El epígrafe aparece originariamente en la novela Bajo el volcán, escrita por Malcolm Lowry en 1947.[43] [44] Concretamente aparece repetida tres veces en el último capítulo del relato, cuando el protagonista, Geoffrey Firmin, se encuentra solo y ebrio en una cantina. Se han realizado varias interpretaciones de esta cita. Por ejemplo, se ha considerado como una referencia al argumento de la novela, donde Bolaño recurre a México para representar la perdición de Latinoamérica.[45] También se ha interpretado como un ejemplo más de la ausencia de un papel importante de la divinidad en general, y del Dios cristiano en particular, en la obra del escritor chileno.[46]


Crítica y reacciones


Jorge Edwards, escritor chileno, afirmó que Los detectives salvajes pertenecía a la familia literaria de Rayuela, Paradiso y Adán Buenosayres.


Desde su publicación, la novela ha recibido una gran cantidad de elogios, tanto por parte de la crítica como por parte de otros escritores. Jorge Edwards afirmó que Los detectives salvajes pertenecía a la familia literaria de Rayuela, Paradiso y Adán Buenosayres.[47] El crítico español Ignacio Echevarría comentó:[8]


El tipo de novela que Borges hubiera aceptado escribir.


Juan Villoro considera que es una de las más brillantes novelas mexicanas,[48] y de ella se ha dicho que es la mejor novela acerca de México desde Bajo el volcán, y la mejor novela mexicana desde La región más transparente.[8] El escritor Enrique Vila-Matas ha escrito acerca del libro:[49]


Los detectives salvajes —vista así— sería una grieta que abre brechas por las que habrán de circular nuevas corrientes literarias del próximo milenio. Los detectives salvajes es, por otra parte, mi propia brecha; es una novela que me ha obligado a replantearme aspectos de mi propia narrativa. Y es también una novela que me ha infundido ánimos para continuar escribiendo, incluso para rescatar lo mejor que había en mí cuando empecé a escribir.


El poeta chileno Javier Campos considera la obra como el reflejo de la insistencia de los artistas jóvenes por vivir su creatividad hasta las últimas consecuencias:[50]


Por eso Los detectives salvajes perdurará por mucho tiempo como una obra universal porque tiene más relación con la condición del artista joven que con el fracaso de una generación. Y porque quizás es la única obra latinoamericana hasta ahora, en este Tercer Milenio, que nos dice también que con esta globalización ya nunca será posible producir más artistas realvisceralistas. Y en eso reside para mí la inmensa belleza poética de gran parte de la obra de Roberto Bolaño.


En el año 2007, el diario The New York Times la consideró como una de las diez novelas editadas en inglés más importantes de ese año;[51] lo mismo hizo el diario Los Angeles Times, y The Washington Post la ubicó en el cuarto lugar de su lista.[52] El diario chino Beijing News situó a Los detectives salvajes entre los 100 textos que hay que leer antes de morir.[53]


Correlación del argumento con hechos reales


La corriente poética que en la novela aparece con el nombre de realismo visceral, se corresponde con el infrarrealismo, corriente literaria surgida en México en la década de los 70, encabezada por el mismo Bolaño y por Mario Santiago Papasquiaro entre otros.[54] Otros sucesos que se narran en el relato también parecen tener correlación con la realidad. En el testimonio de Simone Darrieux, se alude a cómo descubre que Ulises Lima lee en la ducha, y este hábito se le atribuía a Papasquiaro.[55] En los testimonios de Norman Bolzman y Heimito Künst se describen las andanzas de Ulises Lima por Israel y Austria, y como de este último país le expulsan hasta el año 1984. Refiriéndose a un hecho que le sucedió a Mario Santiago Papasquiaro, dijo Bolaño en un discurso:[56]


En 1978 o tal vez en 1979 el poeta mexicano Mario Santiago, de regreso de Israel, pasó unos días en esta ciudad. Según me contó él mismo, un día la policía lo detuvo y luego fue expulsado. En la orden de expulsión se le conminaba a no regresar a Austria hasta 1984, una fecha que le parecía significativa y divertida a Mario y que hoy también me lo parece a mí.


En una entrevista concedida por Bolaño a Mónica Maristain para la revista Playboy, el escritor chileno recuerda su empleo como vigilante de un camping cercano a Barcelona,[57] al igual que Arturo Belano, como se recoge en el testimonio de Mary Watson.


Muchos de los personajes parecen tener correlación con personajes reales, al igual que el realismo visceral lo tiene con el infrarrealismo.[3] Así Arturo Belano y Ulises Lima son los álter ego de Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro. Cesárea Tinajero está inspirada en la poeta mexicana Concha Urquiza.[58] Dentro de los real visceralistas, el joven Juan García Madero se corresponde con Juan Esteban Harrington,[59] un productor audiovisual chileno.[60] El poeta Darío Galicia aparece como Ernesto San Epifanio.[61] [62] Joaquín, Angélica y María Font son Manolo, Vera y Mara Larrosa.[63] En la novela se menciona que Angélica Font ganó el Premio de Poesía Laura Damián, y en la vida real Vera Larrosa ganó el Premio de Poesía Diana Toscano.[64] Moctezuma Rodríguez y Pancho Rodríguez son los nombres ficticios de los hermanos poetas Cuauhtémoc Méndez y Ramón Méndez.[63] Piel Divina es Jorge Hernández, un artista de performance y actor radicado en París.[64] El poeta que en la novela acaba residiendo en San Diego, Rafael Barrios, es Rubén Medina,[65] académico en los Estados Unidos;[50] su pareja en la novela, Bárbara Patterson, se llama Jan.[63] Xóchitl García es la poetisa Guadalupe Ochoa,[66] y su pareja en la novela, Jacinto Requena, es José Peguero, un realizador de documentales.[55] Felipe Müller es Bruno Montané.[67] El personaje de Laura Jáuregui es Lisa Johnson, bióloga de la UNAM y antigua novia de Roberto Bolaño.[63]


Otros personajes que no pertenecen a la corriente real visceralista son: el poeta Juan Bañuelos, que es retratado en la novela como el "poeta campesino" Julio César Álamo.[61] En la novela, Arturo Belano mantiene un duelo con un crítico literario llamado Iñaki Echevarne, que es en realidad el crítico español Ignacio Echevarría.[40] El poeta argentino Jorge Boccanera, que fue redactor de la revista Plural, aparece en el relato con el nombre de Fabio Ernesto Logiacomo.[64] Luis Sebastián Rosado es José Joaquín Blanco.[64] El amigo de Cesárea Tijanero, Amadeo Salvatierra, es el pintor estridentista Rodolfo Sanabria.[64]